Pere Llobera, Faula rodona

Faula rodona. Sols i embogits; entre la precisió total i una cançó de Sau. Foto: Pep Herrero

Pere Llobera, Faula rodona

Faula rodona. Sols i embogits; entre la precisió total i una cançó de Sau. Foto: Pep Herrero

Pere Llobera, Faula rodona

Faula rodona. Sols i embogits; entre la precisió total i una cançó de Sau. Foto: Pep Herrero

Pere Llobera, Faula rodona

Faula rodona. Sols i embogits; entre la precisió total i una cançó de Sau. Foto: Pep Herrero

Pere Llobera, Faula rodona

Faula rodona. Sols i embogits; entre la precisió total i una cançó de Sau. Foto: Pep Herrero

Pere Llobera, Faula rodona

Faula rodona. Sols i embogits; entre la precisió total i una cançó de Sau. Foto: Pep Herrero

Pere Llobera, Faula rodona

Faula rodona. Sols i embogits; entre la precisió total i una cançó de Sau. Foto: Pep Herrero

Pere Llobera, Faula rodona

Faula rodona. Sols i embogits; entre la precisió total i una cançó de Sau. Foto: Pep Herrero

Pere Llobera

Faula Rodona. Sols i embogits; entre la precisió total i una cançó de Sau

Nuevas fechas: del 9 de junio al 12 de julio de 2020

(Fábula redonda. Solos y enloquecidos; entre la precisión total y una canción de Sau )

* Inauguración: martes 10 de marzo, a las 19 h

 

Faula rodona se puso en marcha hace ahora cuatro años, cuando Pere Llobera se encontró ante el cuadro El sueño de Titania, de Richard Dadd. La genuina locura de su autor, que pintó la totalidad de sus cuadros internado en un psiquiátrico, ponía sobre la mesa no un aforismo sino todo el peso de un axioma que no es otro que: “no hay arte sin conflicto”. La atonía del mundo actual y el hecho de que, como advertía Imre Kertész, “vivimos en un mundo metafísicamente abandonado”, interpelan al artista a generar esta invocación del conflicto y la maravilla dentro de la capilla de la Santa Creu.

Mishima, ante unos estudiantes que le eran hostiles, fue a hablarles a la universidad. Alguien entre la juventud exclamó: “¡Mishima! ¡Sé sensato!”. A lo que él respondió: “¿Cómo quieres que sea sensato si he venido hoy aquí?”. Este sería el espíritu de la exposición: mantener contra toda lógica y prudencia los platos chinos girando sobre sus palos y acabar de coser la telaraña pegajosa de este proyecto a la que han ido adhiriéndose tanto lo que buscaba el artista como lo que se ha estrellado contra ella por accidente.