Marichu
Como dicen que les ocurre a los ahogados, he visto en ocasiones desfilar concentrada en un punto imposible mi vida entera, y no era mi vida. Las conocidas diapositivas de la memoria de siempre carecían de importancia, y, en su lugar, una procesión de imágenes deformes parecía a punto de dictarme al oído, como en un suspiro, quién fui y quién he sido.
Rastreando la memoria de la ciudad de Hondarribia, di con un grupo de mujeres que tenían memoria común de un lugar y un tiempo concretos, aquellos que marcaron Hondarribia como frontera, tanto física como política, en los años posteriores a la guerra civil. Por medio de entrevistas y grabaciones fui reuniendo un material sonoro en el que se relatan experiencias y leyendas. La banda sonora quedó reducida a una sola mujer y está ilustrada con diapositivas que de una forma incidental recogen estas experiencias, más como diario de la propia experiencia (es decir, el tiempo pasado recogiendo los relatos de estas mujeres) que como reflejo de las palabras de esta señora. Así, nubes, fotogramas de películas o de la televisión, paisajes, etcétera van superponiéndose a la escucha final del relato y viceversa, haciéndolos coincidir en ocasiones en las que la ficción del pasado se convierte en realidad.
El pasado sólo reencuentra su verdad a condición de negarla, y el conocimiento de lo nuevo es posible en la falta de novedad de lo viejo… La melancolía es la conciencia de haber hecho del extrañamiento su propio mundo, y la nostalgia de una realidad que no podemos poseer mas que convirtiéndola en irreal.