Travessies liminars. Arteleku Zeharbideak
Artistas: Mikel Bergara, Javier Alkain, Xabier Arribas, Josu Sarasua, José Ramón Amondarain, Itziar Okariz, Azucena Vieites, Alberto Peral, Nekane Zaldua, Gema Intxausti y Manu Muniategiandikoetxea.
Siempre de ida, y en ocasiones recreando y repitiendo escenarios ya conocidos, el arte contemporáneo continúa desplegando aporías, enigmas, relatos y proyectos inconclusos como la modernidad. Y, aún así, necesitamos volver de manera recurrente a pensar su marcha entrópica, su complejidad, sus redes donde se anudan los valores estéticos, culturales y económicos. Aun sabiendo que esta tarea requiere un acercamiento inter-disciplinario y un esfuerzo crítico y tenaz, en este breve apunte sugiero algunas palabras-pasaje para este diálogo -a veces, ruido ininterrumpido que constituye el arte contemporáneo-.
Laberinto. Umbert Eco establece tres tipos de laberinto: unidireccional, manierista y en forma de red. La presencia simultánea de los tres; así me imagino el territorio del arte contemporáneo. Pero la hegemonía corresponde al laberinto de red, ampliable al infinito y que niega la distinción entre dentro y fuera. En esta red tramada de puntos que pueden conectarse entre ellos, se pone en cuestión las ideas de genealogía y de jerarquía. Además se afirma el carácter desmontable y reversible de la red, niega la posibilidad de llevar a cabo una descripción global del rizoma en términos espaciales o temporales y crea un verdadero espacio de contradicción. En esta red de redes laberínticas efectos bucle -circularitat total del dispositivo-, que funciona en las redes de comunicación, es el concepto clave para describir la dinámica del sistema. El productor de arte, el mediador, el consumidor, el artista; todos forman parte de la red, traman una interacción compleja en un mercado ligado a la comunicación. La obra y el artista, como ha sabido ver Anne Cauquelin, serán tratados por la red al mismo tiempo como elemento constitutivo -sin ellos, la red no tendría razón de ser- y como un producto de la red -sin la red, ni la obra ni el artista tienen existencia visible. Aunque lo más significativo de este laberinto, metáfora del arte contemporáneo, sea esta red compleja de sinergias entre museos, centros de arte, marchantes, galeristas, críticos, conservadores, comisarios, artistas, instituciones públicas, fundaciones ...
Relativismo. El relativismo cultural propugna la equivalencia, la existencia de una diversidad sin jerarquías entre las diferentes culturas. El relativismo estético, gusano principal de la manzana artística de la modernidad / postmodernidad, ha surgido a la sombra de aquel y del árbol del pluralismo. Todo ya así, ante el regante del "todo vale", en el arte contemporáneo, es posible encontrar juicios de valor estético y cultural, más allá de los que sancionan las redes y el mercado, sin caer en una nueva versión de etnocentrismo? Se trata de una aporía que deberá acompañar siempre el arte? Y la crítica, cuando reflexionaremos a fondo sobre este incómodo nudo corredizo?
Frontera. Si la nueva situación de nuestra época tiene como marca más significativa la complejidad y la ausencia de legitimidad de los grandes relatos que contaban en el mundo; si la confrontación modernidad / posmodernidad no ha resuelto la crisis, aunque hemos descubierto que no se puede saber nada con certeza y que la historia esta desprovista de teleología; entonces, qué? Entonces, en palabras de Francisco Jarauta, "surge una especie de frontera, de territorio de transición en el que están presentes todas las historias, todos los proyectos, los logros, los fracasos, así como lo que no pudo ser nunca realidad. La memoria y el imaginario se encuentran, ". Como habita el arte esta frontera? En la paradoja de estar pasando constantemente fronteras: las de su vinculación a la verdad, las de los diferentes cañones de la belleza, las de las sucesivas muertes del arte, las de la tradición, las de las vanguardias, o las frágiles los "neo" que han surgido en las últimas décadas? Como expresar desde el arte esta complejidad y esta incertidumbre frontera? Como deslizarse entre la cosa culta, la popular y la masiva sin tropezar con la banalidad y sin recrear la mirada blanda? Quizá es que el arte más necesario es el que acepta esta frontera no como traba sino como reto, como "posibilidad de ir al fondo de lo desconocido para encontrar el nuevo"? Si, hacedor del nuevo, de otra experiencia donde poder abrigarnos con la fraternidad del inesperado. Travesía fronteriza y arte liminar como el de las vanguardias históricas, o como el de Picasso, Klee, Duchamp, Wols, Giacometti, Beuys, Rothko, Millares, Oteiza, Pollock, Richard Long, Cindy Sherman, Buren, Merz ...? ¿Qué más?
Juego. Y, aún así, la tarea del arte no se agota encontrando respuestas a los interrogantes anteriores. En la tentativa de crear otro mundo paralelo al nuestro, y otros fronterizas también, el arte puede desplegarse como juego irónico y lúdico: o bien a la manera desmitificadora practicada por Duchamp, o bien "concebido por el mero placer , y la mera escalofrío, de la simulación como recomendaba Perec al final de su novela El gabinete de un aficionado, o bien desde el que postula Gadamer: << la obra, producto del juego, deja siempre un espacio para llenar. Lo estético que proporciona el arte precisamente esta posibilidad de llenado, nunca acabado, del espacio de juego >>.
Otro ideal. Por ejemplo, lo que desde el humanismo templado recorre Todorov oponiéndose al nihilismo sin dejar de ser ateo. Y es que la crisis de la razón ilustrada y los grandes relatos no impide la investigación crítica de los sentidos que habitan la realidad.
Multiplicidad. Esta última propuesta para el milenio próximo que nos dejó Italo Calvino me parece la más caudal para el arte de nuestra época. La fragmentación que penetra en todos los ámbitos, la aceleración, instantaneidad y simultaneidad de experiencias que permiten las nuevas Telepolis, los nuevos conflictos culturales y las emergentes identidades colectivas aumentan la heterogeneidad y la red de los posibles. "El arte -afirma John Berger- es un mediador entre lo que nos es dado y lo que deseamos". Renueva nuestra promesa de felicidad desdoblada en múltiples felicidades más modestas y efímeras.
Sin voluntad ya para exorcizar el caos, atentos a las múltiples setos agitadas, la belleza de la incertidumbre -fraterna también con el mestizaje y con el precario- abre paso de la multiplicidad para "hacer hablar lo que no tiene palabra", por dialogar con la alteridad, para extraer del transitorio algo permanente. Travesías liminares?
ONCE JÓVENES TRAVESIAS LIMINARES
Son artistas de umbral: eluden las clasificaciones reduccionistas y prefieren la ubicuidad, los juegos de transición en el heterogéneo escenario del arte contemporáneo. Son jóvenes que han pasado por esta factory vasca de creación, experimentación y reflexión que es Arteleku.
Sus obras renuevan el diálogo ininterrumpido del arte contemporáneo que conformado por otras obras, otros artistas y otras travesías, se transforman en múltiples bucles reflexivos. En interacción con esta dinámica en que el acabado vuelve a empezar, estos artistas liminares nos proponen a sus obras un juego de preguntas para intentar bordear o acercarnos al núcleo de su sentido, y para fraternizar con sus enigmas.