Alberto Gràcia

Hacer la “O” con un canuto

Del 2 de diciembre de 2010 al 9 de enero de 2011. Espacio Cubo. BCN Producció'10

Alberto Gracia ENTREVISTA Hacer la "O" con un canuto

Alberto Gracia (Ferrol, 1978). Su práctica artística —bajo el epíteto "microfugas"— se desarrolla mediante formas multidisciplinares a modo de site-specifics. A través de soportes como la instalación, el vídeo, la escultura, el sonido, el dibujo y la escritura, utiliza herramientas como la interactividad (mediante sensores analógicos), la acción expandida y la performance. De este modo la relación espectador-obra no deja de presentar un espacio lúdico que actúa de "arma de doble filo" y que abre una maquinaria en la que se entremezclan risa y banalidad (y, por lo tanto, ironía) como cisco resultante del juego y del experimento.
Para Espai Cub Alberto Gracia indexa el proyecto Hacer la "O" con un canuto centrando su investigación en la relación entre las costumbres y el arte y la transgresión erótica de la "lógica del silencio".

¿Por qué "Hacer la 'O' con un canuto"?

Esta expresión hace las veces de objeto cotidiano con el fin de provocar una sensación de inmediatez en el espectador, además de elemento meramente descriptivo para nombrar el proyecto. Se refiere al instrumento y, por extensión, al trabajo inferido como oposición a la violencia —siempre presente en mi obra— y a su esencia transgresiva. Dando a entender que como proyecto tiene una carga erótica (en toda su amplitud) en la que tal expresión coloquial alude a la simplicidad llevada a su extremo, a la estupidez de hacer una "O" con un canuto. Una "O" que es un claro ejemplo de circularidad aplicada al lenguaje, al bucle como gesto, como noción simbólica de no—silencio abierta a multitud de lecturas e interpretaciones.

Entonces, desde la semántica del propio enunciado y reflexionando sobre aquello casual o azaroso (y, por lo tanto, accidental), así como sobre la catástrofe espectacular, ¿la obra parte de una (im)posibilidad?

La acción estúpida de Hacer la "O" con un canuto ha sido pensada a su vez como una especie de sacrificio religioso, entendiendo toda acción erótica o creativa como una relación entre lo prohibido (la ley, los límites, etc.) y la transgresión (la búsqueda infantil de límites y los intentos de fuga consecuentes). Es una relación paradójica, un intento de conciliar lo inconciliable.

¿Violando quizá el precepto del "cubo blanco"?

Por supuesto, toco un tema candente en relación a la ley, a la norma, al cubo blanco. La repetición de la que hablaba remite a una necesidad de anestesia frente al dolor que supone el ruido sordo del caos, del blanco "post", de la lógica del silencio. Hacer la "O" con un canuto no deja de seguir la premisa de que el verdadero terror tras la posmodernidad es la indeterminación (y no la trascendencia) y que la necesidad de métodos por un lado, y de pseudo-métodos absurdos (como es el caso) por otro, se debe a ese menester de anestesia frente al dolor que supone la crisis de significado del objeto artístico. Dolor como indeterminación y repetición como anestesia (im)posible son algunas constantes en este proyecto. El cubo blanco es un dolor que pide a gritos ser profanado por las "microfugas".

¿Se encuentran entonces los patrones de lectura de esta obra sujetos a un cinismo adscrito en/desde ella?

Hacer la "O" con un canuto es una propuesta cínica, pero sería bueno analizar este cinismo, entendido como una estructura entre el cinismo cínico de los antiguos y el cinismo contemporáneo. Aquí estamos hablando de una especie de dadasofía consciente de su esencia fascista (por su absurda política de endurecimiento y resistencia) y del propio arte como resistencia (pero dándonos cuenta de que transgredir, sacrificándose y erotizando cínicamente, guarda elementos voluntariosos de poder hacer algo frente a nada). De todas formas, y esta es la paradoja en este sentido político, dicho cinismo desenmascara supuestas actitudes altruistas de colaboración que, en realidad, guardan una esencia fascista y claramente egoísta. El arte es fascista —y toda posibilidad lo es, en tanto que decisión y, por lo tanto, escisión. Aprovecho para constatar (fascistamente) que la democracia no puede ser creativa ni el arte democrático.

El resultado de la instalación no deja de ser una libertad encerrada que plantea pequeños puntos de fuga nacidos del juego profanador de la transgresión, aplicada a la norma, a partir de una especie de cinismo cínico con el cinismo.

 

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Fotograma del film 2001 Odisea a l'espai de Stanley Kubrick

 

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Fotograma del film El dia de la marmota protagonitzat per Bill Murray

 

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Coberta d'un dels "Cuadernos Rubio".
Quaderns per a l'aprenentatge intanfil, basats en la repetició d'un model proposat

 

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