Montse Carreño i Raquel Muñoz

Las Cajas Chinas

Desde el 9 de junio de 2011. Proyecto deslocalizado. BCN Producció'11

MONTSE CARREÑO (OLESA, 1970) | RAQUEL MUÑOZ (CALATAYUD, 1980). Ambas viven y trabajan en Barcelona. Licenciadas en Bellas Artes por la Universidad de Barcelona, colaboran juntas desde 2006 en el marco del colectivo MIOP. Han realizado diversos proyectos y residencias entre las que destacan dRakar y Nomade en Senegal y, durante 2010, “Chinese Fantasy. Yiwu’s garden” en Shanghái. Desde una perspectiva multidisciplinar, su producción artística se desarrolla a través de artefactos y ficciones que abordan paradojas en relación con el consumo, el plagio, la alteridad y la hibridación en la sociedad contemporánea.

Lo primero que se debe distinguir, al hablar sobre la calidad de un cuadro, no es si este cuadro es auténtico o falso, sino si es una buena o mala falsificación [...] Si se colgara en un museo de pintura el tiempo suficiente, seguro que se volvería auténtico.

F for Fake, Orson Welles


¿Qué hay de malo en una falsificación? [...] Considerar una obra de arte estéticamente superior porque es genuina, o inferior porque está falsificada, tiene poco o nada que ver con juicios estéticos o crítica artística. Es más bien una cuestión de esnobismo.

Alfred Lessing

Las cajas chinas son aquellas que se encajan unas dentro de las otras como las muñecas rusas. En literatura es un recurso que consiste en introducir un relato dentro de otro. Aquí se hace referencia al contenido de Las cajas españolas y a la historia de los pintores copistas de Dafen, un suburbio de Shenzhen dedicado a la reproducción de obras de arte y conocido como “la aldea de la pintura al óleo”. Actualmente es el centro neurálgico de una gran industria a nivel mundial: la producción en masa de imitaciones de obras maestras, con unos 10.000 copistas pintando manualmente óleos en cientos de pequeñas fábricas.

El interés de Carreño y Muñoz por el pueblo de Dafen no se debe a que allí se reproduzcan obras de arte, sino a la capacidad de producción de sus pintores y a los mecanismos que hacen posible un cluster destinado a convertirse en un punto de producción de capital simbólico –significativo en el entramado del capitalismo global.

A modo de relato, el proyecto no persigue reconstruir con veracidad un momento de la historia, sino desplazarse entre dos contextos alejados al desencadenar una ficción, teniendo en cuenta que toda ficción produce un efecto de realidad.

Algunos de los objetivos de las prácticas apropiacionistas se han definido por cuestionar los discursos del museo, los procesos de mediación de la obra de arte y la neutralización de su valor crítico-social inmerso en los procesos de comercialización. En consecuencia, las artistas proponen un giro de tuerca en un trabajo de investigación sobre la lógica del consumo desaforado, prestando especial atención al valor legitimizador y a los procesos de mitificación que desarrolla la institución cultural –recogida en las publicaciones de los grandes museos. Por otro lado, trasladan su mirada a los escaparates de los talleres de pintura de Dafen, donde la gran enciclopedia de la historia del arte explosiona y se reorganiza en base a nuevas categorías que responden a estrategias de mercado muy básicas: paisaje, gente europea, flores, arte abstracto, etc. Clasificaciones que coinciden con obras de Van Gogh, Renoir, Gauguin, Dalí, Rembrandt, Picasso o Warhol. Cualquiera de estos viejos maestros puede encargarse por Internet. Consecuentemente, la historia del arte se aplana en función de la oferta y la demanda. Sus claves de lectura se desvanecen en una distopía capitalista en la que pintura y mercancía se identifican y devienen el espacio liso de un lienzo.
 

www.lascajaschinas.net

 

Colaboradores

Cafè Schilling

El Periódico

Cultural Sense

Contenido relacionado