Transmission
Transmission es una galería / espacio de arte creado en 1983 en Glasgow y gestionado de manera voluntaria por un comité de artistas que viven en la ciudad. Transmisión tiene más de 200 miembros, muchos de ellos artistas locales, a los que se ayuda a realizar proyectos y propuestas, tanto en la misma galería como en otros lugares.
Los objetivos de Transmisión son los siguientes:
- Establecer contactos y vínculos duraderos con otros espacios y organizaciones gestionadas por artistas, a lo que incluye la promoción de un programa internacional de intercambio. Hasta este momento, se han llevado a cabo actos en Arnhem (Holanda), Bergen (Noruega), Flanders (Bélgica), Belfast (Irlanda del Norte) y el 1993-94 en Chicago (EE.UU.) y Colonia (Alemania).
- Presentar una plataforma de arte experimental en diferentes soportes, tales como películas, vídeos, instalaciones, actuaciones, música en vivo y espectáculos sonoros, así como promocionar la obra de artistas menos conocidos.
- Apoyar a la distribución de revistas y libros producidos por artistas y pequeñas editoriales.
- Establecer un lugar de contacto para la discusión y la valoración crítica de diferentes enfoques artísticos e ideológicos sobre el arte contemporáneo.
El programa de exposiciones de Transmisión es un punto de encuentro de artistas locales e internacionales, tanto los que ya se han dado a conocer como los que apenas empiezan su carrera.
Iain Kettles
Glasgow, 1966
Estoy interesado en elementos de la cultura popular. Muchas de mis ideas son actuales ya menudo están extraídas de la televisión, películas, diseño, fútbol, cómics ... Muchas veces son bastante absurdas y dan una visión superficial y humorística de la vida urbana de nuestros días. Me gusta hacer escultura y trabajar sobre soportes diferentes, desde cartón y yeso, haciendo inflables, hasta, últimamente, goma-espuma, que es fácil de moldear y se adecua a los cambios de ideas rápidos e inmediatos.
Diane Main
Glasgow, 1968
<< Aquí debería haber un cuadro de la
Mi manzana preferida.
También es un desnudo y una botella.
También es un paisaje.
No hay nada como las naturalezas muertas >>.
Erica Jong
Si puedo volver a ver las cosas, volver a ver lo que veo cada día, entonces soy feliz.
Andrew Miller
Dartington, South Devon, 1969
A quién coño importa lo cotidiano?
En los cuatro últimos años he investigado los objetos y su interrelación con lugares o espacios concretos, como todo esto se relaciona con nuestras propias experiencias. A veces, reconstruyo las obras cuidadosamente, las represento fotográficamente o sencillamente las expongo en su estado original. Idealmente las obras ocupan un lugar entre lo público y lo privado (la situación doméstica y la galería o el museo). Me interesa sobre todo que la obra ocupe una posición funcional ambigua, que no se identifique de inmediato como obra de arte u objeto encontrado, redirigir al espectador a ver (o volver a ver) el extraordinario en lo ordinario de cada día por medio de la situación, la escala y la relación.
La conexión se puede establecer para el espectador en el momento de la exposición, pero también en un momento posterior cuando éste está en disposición de descubrirlo por sí mismo.
Eva Rothschild
Dublin, 1971
<< Los White Rose abrían muy temprano por la mañana; recuerdo haber esperado en uno de ellos para ver como un astronauta llegaba al espacio, esperé tanto que cuando lo hizo yo ya no miraba la televisión sino una cucaracha que corría por el suelo de baldosas >>. Joan Didion en The White Album.
Perdérselo. Pasa y vuelve a pasar, llegas cuando ya se ha terminado, te preguntas cómo podía haber sido cuando ya es demasiado tarde. Esta obra trata precisamente de no perdérselo, trata, de esperar, de estar preparado para cualquier cosa, de tomar las decisiones correctas en las situaciones más disparatadas. Intentar tocar algo desde lejos e imaginar el impacto de una mirada o de un signo. Siempre al acecho. Y, sin embargo, me volverá a pasar, volveré a caer.
Hilary Stirling
Glasgow, 1970
Recientemente, mi obra ha explorado la relación entre el simbolismo atribuido a las flores tanto en el ámbito público como en el privado. A primera vista, los adornos florales parecen ser únicamente elementos decorativos y / o estéticos. Su ambigüedad les permite acompañar actos festivos y de pésame. Sin embargo, me hice más consciente de sus referencias simbólicas e incluso potencialmente siniestros cuando empecé a hacer fotografías donde los << adornos florales >> adquirían nuevas identidades y otros significados. También me interesé en cómo el antiguo arte japonés del Ikebana se había transformado de un arte espiritual y estético en un arte occidental puramente decorativo.
Colecciono imágenes de los medios de comunicación donde los adornos tienen una presencia remarcable en los acontecimientos históricos. Por ejemplo, cuando Gerry Adams dio su primera conferencia de prensa en Boston fue fotografiado ante un enorme adorno de flores en el edificio del The Guardian.
También he empezado a explorar el papel que hacen los adornos florales en los espacios públicos de las galerías de arte -quizás un espacio donde puede haber el libro de comentarios de los visitantes-, en las que estos adornos pueden ser ambivalentes, pero también se pueden revestir de una autoridad que normalmente no tendrían.
Judith Weik
Zurich, 1969
Actualmente me interesa lo que rodea el arte. El contexto en que el arte se expone y la forma en que el artista puede ignorar o tener en cuenta los entornos específicos, conducir la obra de arte a adquirir nuevos significados. La ubicación y la presentación del arte también son factores importantes para influir y modelar las actitudes del público hacia la obra expuesta. Así como el arte puede copiar, interpretar, reaccionar o encontrar nuevas realidades, los espacios donde se expone suelen ser creaciones << artificiales >>. Para los artistas, estos se convierten casi tan importantes como la producción de la obra de arte en sí misma.
De alguna manera, mi obra es una << deconstrucción >> del entorno expositivo. Escojo elementos u objetos arquitectónicos y de interior, los aísla y los trato como obras de arte potenciales. Por otra parte, contemplo el espacio como un todo, ya sea ficticio o real, y lo considero arte. Mediante la inversión de los valores y las << normas >> tradicionales y establecidas espero apuntar hacia algunas cuestiones interesantes sobre la relación entre el arte y su entorno.
Vergänglichkeit
Toda práctica del arte puede ser un síntoma de deseo, o toda obra de arte termina por constituirse objeto de deseo, manifestando algo más que una pulsión expansiva: una hipotética certeza del pensamiento, pues, aparece íntimamente vinculada con las visibles razones del cuerpo. Y tal vez porque todo arte acaba también para constituirse en vestigio, en restos de un paso más allá, en restos de un no más allá que proviene de estructuras y de mecanismos que operan en la mente y que así muestran la su residualidad y las incidencias de su tráfico, de su paso, de su deseo último de constituirse como pasaje, como zona de tráfico que enlaza lo que es la idea con lo que es el objeto final, en un poderoso proceso de metamorfosis en el que la obra de arte termina por convertirse en su propio fetiche, inmerso menudo en una especial dinámica sustitutoria y en unos mecanismos pulsionales que nos recuerdan que el espacio de la creación se fundamenta en el deseo como asunción de una falta, aunque quizás momentánea, y en una reestructuración de los materiales y argumentos de la realidad no para hacerlos más comprensibles sino para extraer todas las posibilidades. Por encima de la identidad y del rol, más allá de la concreción social estricta, la obra de arte se nos aparecerá como un discurso individual anclado en estrategias y en dispositivos personales, privada de cualquier tipo de funcionalidad aplicable pero dotada de una fuerte implantación en las estructuras del pensamiento público, dominio al que hace permanentemente referencia incluso desde una considerablemente privilegiada posición de proyección social. Y una vez más, el lenguaje termina por cerrar los episodios que se constituyen en el origen mismo de la obra de arte: el poder de la enunciación, así, no hace sino ampliar los márgenes por los que discurre imparable un flujo que participa de los miedos y del misterio, de la idea de las cosas cotidianas y de la necesidad de los reflejos experimentales, de la materia y de la forma, del espíritu y del sujeto, de la existencia privada y de lo público, de la noche y del abismo, del rebote en las paredes del cráneo y de la experiencia con la disolución del yo, de la privacidad y de su ampliación social, y la identidad y de la transgresión posible del género, de la proyección y del freno, de los miedos y del equilibrio, de las flores y las ortigas, del cuerpo y, en definitiva, del territorio, idea última y duradera de la estancia del artista en el mundo: después de todo, experimenta suitatis, las experiencias del yo consigo mismo.
Anna Estany
Igualada, 1959
A través del tiempo, todo lo que experimento pone en marcha los mecanismos de la memoria; lo que me rodea (como persona física) queda representado en una dimensión simbólica.
Carles Congost
Olot, 1970
Extraña forma de equivocarse.
Mentira como persona, mentira como personaje. Construcción de una mentira, necesariamente, sistemática, cotidiana y finalmente desesperada.
Extraña forma de vivir, ésta, curiosa forma de gustarse.
Arte de la mentira, residuos de una farsa. Mentira como imagen.
Ester Partegàs
La Garriga, 1972
Entiendo los objetos como pequeñas defensas cotidianas que nos recuerdan que existimos. Desde ellos m'espio. Diluyen la fragilidad de la presencia, de la ausencia, difuminan el espacio de separación, mezclan los yo y los demás ...
Siempre existe el miedo a la desparació.
Javier Peñafiel
Zaragoza, 1964
De nuevo los restos, comprensibles sólo a distancia como sucede con las protecciones y con el miedo. La luz que rescata una comisura, también la idéntica potencia del río de la sangre contenida en ti, hacia ti. El rigor de los latidos, con cuidado puedes distinguir unos de otros. Un escándalo lento.